lunes, 22 de diciembre de 2014

Capítulo 9. "Ten Cuidado con lo que le deseas a la Luna."



Era de noche. Jack y Elsa estaban viendo la brillante Luna sobre sus cabezas en un oscuro cielo, pero desde distintos lugares: Elsa desde su palacio desolado y frío, y su amado desde el remoto Polo Norte en la base de los Guardianes. Se extrañaban el uno al otro y cada noche se preguntaban a sí mismos ¿por qué no estaban juntos? La Reina de las Nieves suponía que Jack ya no la amaba, o tal vez nunca lo hizo, y ya había encontrado a otra persona para entregarle su corazón.



 Mientras tanto, él no paraba de pensar en la chica y en por qué el viento, como una extraña fuerza mágica, un encantamiento, que no le dejaba acercarse a su amada. Incontables veces había tratado de ir volando a donde estaba Elsa, o en el trineo de Santa, los hoyos mágicos de Conejo, en las nubes se sueños de Sandyman, pero ninguna de esas resultó. Casi sentía que un imán lo atraía de nuevo a la Central Guardiana, allí en el Polo y le impedía volver con su ella..



-¿Así que este es el fin? - le preguntó Jack a la Luna - ¿Las cosas terminaran así y nunca más podré ver a Elsa?

...

No hubo respuesta del Hombre de la  Luna (o espíritu de la Luna, previamente lo había asignado a Jack como Guardián y le dio su inmortalidad y poderes de hielo). Tal vez, él sabría que sucedía con él y su incapacidad de acercarse a Elsa y podría ayudarlo a repararlo.

El hielo y la escarcha comenzaban a formrse bajo sus pies desnudos. No esperaba que el Hombre de la Luna le respondiese. Habían pasado años desde la última vez que habló con él. Hasta ese momento.


-No, Jack.

El joven se volteó rápidamente al oír su nombre, y sin poder creerlo, le respondió a la Luna:

-¿Hombre de la Luna? ¿Acaso tú sabes por qué rayos no puedo volar hasta Elsa? Santa me dijo que la misión había caducado, pero eso no puede ser posible. Hay como un hechizo que me separa de ella, y no sé cómo deshacerlo o qué lo ocasionó - nunca se había oído a sí mismo tan esperanzado.

-Sí. Lo sé.

-... Pues, dímelo. Por favor.

-Debiste haberlo sabido desde el principio, joven Guardián. 

-¿Saber qué?

-Tú le has roto el corazón a la Reina. Un corazón frágil. Afligida por el dolor de la traición...

-¿Traición? - le interrumpió Jack. El sabor de esa palabra le recordó el baile, la muchacha pelirroja, la sensasión de mareo y ebriedad por la extraña bebida que la chica le había ofrecido, el beso... Y Elsa, su único amor, huyendo por las puertas del salón. Esa fue la última vez que la vio.

Hombre de la Luna pareció haberle leído sus pensamientos cuando dijo- Lo recuerdas, Jack. Elsa sintió que la traicionaste, que la habías engañado y nunca la has amado en verdad. Todavía lo piensa. Es por ello que ella deshizo sus lazos al tercer día, y pidió que no fueses más su Guardián. Tuve que aceptar su petición...

-Espera, espera. ¡¿Ella habló contigo?! ¿Cómo es posible?

-No habló directamente conmigo, pero gritó su 'deseo' al viento. Estaba tan devastada que no pensó con claridad lo que pedía. Como fui yo quién te destinó a ti a la solitaria Reina de las Nieves, soy yo quién podía deshacer el lazo.

Desepcionado y triste, Jack solo pudo comentar: -Los Guardianes me dijeron también que Elsa lo había pedido, pero no pude creerlo. Pensé que ellos me habían dado ese puesto desde el principio...


-Sí. Pero fui yo quién les dijo que lo hicieran, joven Guardián. Ella necesitaba de tu ayuda, y tú se la diste. No estaba en los planes su enamoramiento, pero si de amor se trata, no hay tiempo ni fronteras.

-Pues, ahora si que hay una frontera. ¿Cómo deshago el... deseo para volver a ella y explicarle todo lo sucedido? Seguro me debe estar odiándome en este momento, a menos que yo le cuente la verdad... 

- Me temo que yo no puedo hacer nada al respecto a menos que ella lo pida. Y hasta a hora no lo ha pedido. Debió haber tenido cuidado con lo que deseó.

-¿Cómo iba ella a saber, Hombre de la Luna? ¡Ni siquiera sabe que existes!

La Luna no respondió, por lo que Jack continuó:

-Es posible que ya no me ame. Y no aceptaré eso. Pelearé, ¿pero cómo lo haré si ni siquiera puedo acercarme a ella?

Hubo una larga pausa, hasta que el espíritu del cielo dijo:


-Existe una persona que puede reconstruir su lazo, rompiendo su deseo sin necesidad de que Elsa lo pida.

-¿Quién?

-Es una joven quién vive en una torre, en tierras muy lejanas. Posee una cabellera mágica, con poderes de una mágica flor, producto de una lágrima del Sol. Sólo la mágia de este puede deshacer un hechizo que yo he hecho. Su poder le permite sanar heridas y regresar lo que el tiempo se llevó. En este caso, ella sería capaz de rehacer el lazo entre ustedes tú y Elsa así podrás atravesar las barreras que se te han puesto.

-¿Dónde la encuentro?

-En las tierras de Corona. No muy lejos de Arendelle.

-¿Y cúal es su nombre?

-Rapunzel.




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